5 hábitos alimenticios que cambian la configuración de tu cerebro para el éxito

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Tu cerebro tiene hambre. Requiere de más energía que cualquier otro órgano en tu cuerpo, y consume 20 por ciento de tus necesidades diarias de energía.

Y si quieres que tu cerebro trabaje a su máxima capacidad, necesitas alimentarlo correctamente, tal como el motor de un auto necesita gasolina de calidad para funcionar mejor.

Entonces, ¿qué deberías estar comiendo y en qué cantidad? Buena pregunta. Hoy estamos bombardeados con tanta información nutrimental que es fácil confundirnos sobre lo que es mejor para nuestro cuerpo y nuestra mente. El exceso de información puede llevarnos a caer en tendencias extrañas, como ponerle mantequilla al café, o las dietas keto o paleo, o el ayuno intermitente, o la dieta carnívora (sí, una dieta en la que sólo comes carne), una dieta baja en calorías, y la lista sigue.

El problema con estos planes alimenticios es que nos distraen de entender lo que realmente funciona para nosotros como individuos. En otras palabras, lo que funciona para tu amigo o tu mamá, no necesariamente te va a funcionar a ti. Es tu cerebro y tu cuerpo. Lo que le damos a nuestro cuerpo no sólo afecta la forma en la que nos sentimos o cómo nos vemos, sino que afecta la forma en la que trabajamos. Aquí hay cinco tips para ayudarte a entender lo que funciona para ti, permitiéndote pensar y comer para tener un día más productivo, saludable y con energía.

1. Desayuna
Aunque saltarte el desayuno siempre es tentador porque vivimos con prisa, o porque estás intentado bajar de peso o hacer un ayuno intermitente, los estudios han demostrado que el ayuno intermitente disminuye los niveles de alerta y la productividad. Pero, ¡no te comas un muffin! Un desayuno alto en azúcares y carbohidratos te hará más lento durante del día. Encuentra un punto medio que incluya proteína, grasa y un poco de carbohidratos saludables.

2. No todos los smoothies se hacen igual
Muchas personas sienten que están siendo saludables porque desayunan un smoothie de una cadena de bebidas, o porque eligen una malteada de proteína en una tienda o porque llenan la licuadora con plátanos, mantequilla de cacahuate y cientos de polvos. El problema es que la mayoría de estos smoothies están llenos de calorías, carbohidratos y azúcares, y pueden llevarte a ganar peso y a que no funciones bien en el trabajo. Mejor busca alimentos con un bajo índice glucémico, como un batido de aguacate.

3. Intenta cosas nuevas
Muchos comemos lo que nos han enseñado o lo que la dieta occidental nos dicta. Pero qué pasaría si en lugar de desayunar hotcakes, ¿comiéramos algo con beneficios comprobados? Yo me arriesgué con ensaladas de desayuno, por que sí, sí existen. Mis ensaladas para desayunar consisten de huevos y verduras sobre fondos verdes como arúgula, espinaca o kale. Te invito a que las intentes y que uses tus especias favoritas, o salsas picantes, o incluso aderezos bajos en calorías. La preparación es muy sencilla y si tienes prisa, casi todos los súper mercados tienen una barra de ensaladas que puedes usar para experimentar. Otro alimento con el que me arriesgué fueron los caldos. Rara vez se me antoja un caldo de pollo (a menos que esté enferma), pero empecé a consumirlo a media mañana y media tarde y vio un cambio en mis niveles de energía y en mi sistema inmunológico en general. Pero, de nuevo, éstas son cosas que me han funcionado a mi, tú intenta con nuevos ingredientes que puedan ayudarte a cambiar la forma en la que comes.

4. Hazlo simple
No necesitas pasar horas y horas en la cocina para tener un régimen alimenticio más saludable, solo necesitas un poco de planeación. Yo como muchas cosas similares durante la semana, así que lleno mi refrigerador con ingredientes clave como espinacas, huevos, aguacate, nueces y semillas, así como cortes magros de carne y pescado, carne seca, almendras y moras azules. Puede que tu lista sea un poco diferente, pero planea tener los ingredientes que te funcionen a la mano. Si tienes poco tiempo por las mañanas, prepara algo la noche anterior, y puede ser tan simple como un huevo duro o como poner a remojar un poco de avena para llevártela a la oficina. Tener una lista previamente armada para pedirla en línea también te ahorra mucho tiempo.

5. Evita el exceso de café
La cafeína es un estimulante que ayuda a 85 por ciento de las personas a estar más alerta y concentrados durante el día, pero el exceso de cafeína y la falta de agua puede afectar tu productividad y pueden resultar en una caída drástica de tus niveles de energía a media tarde. Toma tu café con una intención, en lugar de rellenar tu taza una y otra vez, y haz de la hidratación una prioridad, ya que todos sabemos que beber suficiente agua es fundamental para la productividad y la salud. Y aunque las mezclas frías son deliciosas, debemos poner atención a la cantidad de cafeína y azúcar que tienen estas bebidas de moda. Si estás abierto a probar cosas nuevas, intenta con un poco de matcha, o con lates de cúrcuma o incluso con el café de hongos.

Olvídate de los planes y escucha tu cuerpo
No tengas miedo de experimentar, seguir tu intuición y lo que es más importante, escuchar a tu cuerpo y saber cómo está respondiendo a lo que le das. Lo que me funciona a mi puede ser diferente de lo que te funcione a ti, o de lo que le funciona a muchos emprendedores exitosos como Richard Branson y Jack Dorsey. No necesitas seguir una dieta estricta sino ser consciente y sensible a lo que comes. Y si te cachas a ti mismo comiendo por puro aburrimiento o ansiedad, intenta mi truco de comerte una paleta baja en calorías o unas gomitas sin azúcar, en lugar de salir por un pan o una galleta que te drenarán la energía. ¡Te deseo un dulce éxito!

Fuente: entrepreneur.com
Autor: Elisette Carlson

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